Tomando un camino que se adentra en la reserva natural de Paracas, se llega al pequeño pueblo de pescadores de Lagunillas. Aunque el estilo de vida se ha preservado allí limitando el acceso de los visitantes y la explotación de los recursos (parque protegido), no hay mucho que hacer allí, aparte de relajarse, observar las actividades diarias de los pescadores y, por supuesto, disfrutar del pescado fresco y dorado.